Ésta pandemia nos enseña:
A dar más importancia a las cosas simples de la vida.
A dedicar mas tiempo para nosotros, nuestras familias y amigos.
A trabajar y esforzarnos lo suficiente para subsistir dignamente.
A no entrar en fanatismos de ningún tipo.
A ser responsables, solidarios y asumir nuestros derechos y obligaciones con honor y dignidad.
A promover que el sentido común guíe nuestro camino y de nuestro entorno cercano.
A ser conscientes de nuestra fuerza y a ejercerla ante la incompetencia, la ignorancia y la desidia.
Y además, ésta pandemia nos enseña
Y además, ésta pandemia nos enseña:
Qué los gestores de turno, en general carecen de toda inteligencia emocional.
Qué dicha carencia los vuelve negligentes e incompetentes.
Qué tienen un discurso para cada ocasión.
Qué dejaremos de contar con productos baratos en base a salarios indignos y pobreza.
Qué tenemos que cambiar conceptos, eliminar paraísos fiscales y volver a fabricar aquí.
Qué saldremos adelante de algún modo.
Qué siempre, todo depende de nuestro esfuerzo personal.
La evolución de ésta pandemia nos muestra:
Qué de momento no debemos relajar los cuidados.
Qué al mismo tiempo es necesario dejar atrás ciertas cosas.
Qué disfrutar cada día como si fuera el último es algo cotidiano.
Qué la realidad supera la ficción.
Qué una simple zoonosis, puede cambiar el mundo.
Qué aprendimos algo, pero lo olvidaremos.
Y también
Y también:
Qué somos unos parásitos arrogantes.
Qué seguiremos tropezando con la misma piedra.
Qué los “líderes” mundiales se diluyen en asuntos banales.
Qué ni siquiera han sido capaces de ponerse de acuerdo.
Y por sobre todo
Y por sobre todo:
Qué igualmente aún hay esperanza.
Qué deberíamos volver a algunas viejas prácticas.
Qué tener un huerto y un gallinero en casa sería buena cosa.
Qué lo macro se hace desde lo micro.
Qué cada uno de nosotros es el líder de su propia vida.
Qué debemos cuidar de nosotros mismos, para poder ser útiles a los demás.
Qué tenemos el potencial, la fuerza y la actitud necesarias para salir adelante.
